dijous, 14 de novembre del 2013

Estrategias del deseo o trucos para leer

BLOG ANDREU SOTORRA
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Firma invitada

Mientras el Estado se plantea cómo proteger a los niños de la televisión, los pedagogos siguen preguntándose cómo enseñarles a leer. Un reputado autor de libros infantiles que fue maestro revela aquí sus trucos

"Primero lee tú y los demás imitarán el placer que tú expandes. Predica con el ejemplo"  

"La escuela debería volver a la lectura en voz alta, desterrada por la pedagogía actual, y a los recitales de poesía"  

EMILI TEIXIDOR - 19/01/2005


Contagiar el deseo de leer es como contagiar cualquier otra convicción profunda: sólo se puede conseguir, o mejor intentar, sin imposiciones, por simple contacto, imitación o seducción. No se trata de llenar ningún vaso –cerebro– vacío, sino de prender en una zarza el fuego que nos agita. Por el simple contacto de una llama. El mejor contagio/contacto es el ejemplo. Si nos preocupáramos menos por la lectura de los otros y más y con más rigor por nuestras propias lecturas, seguro que nuestro entusiasmo nos desbordaría y los más cercanos a nosotros advertirían esa plenitud que nos proporcionan los libros y quizás, quizás, otros intentaran alumbrar su propio ardor aprovechando alguna de las pequeñas chispas que desprende nuestra hoguera. 



Primer truco
Primero lee tú y los demás imitarán el placer que tú expandas. Predica con el ejemplo. 

Toda seducción tiene sus estrategias o sus trucos. Existen algu-nos, pequeños, sencillos y prácticos para facilitar el contagio. O mejor, la disciplina de la lectura. El esfuerzo que requiere abrir un libro e interesarse activamente por su contenido. Expondremos algunos, pero recordemos antes que para atraer al lector hay que lograr que el texto le concierna en algo, que pueda dialogar de alguna manera con él, del modo activo y participativo en que los aficionados al futbol leen los periódicos deportivos –calibrando los adjetivos dedicados a sus ídolos, examinando con lupa la descripción del partido, juzgando la injusta expulsión de un jugador...– o los economistas las cotizaciones de la bolsa. En resumen, que el lector pueda establecer un diálogo, por mínimo que sea, con el texto. Los primeros libros deben acoger al lector, no expulsarle de sus páginas. El placer de la lectura sólo se produce cuando el acto de leer se convierte en una creación, en un acto productivo, cuando el libro sabe poner en juego las facultades del lector. Los mejores libros son los que dan al lector suficiente espacio para rehacer el texto a medida que lo está leyendo. 



Segundo truco
Todos los lectores tienen su nivel y hay que conocerlo antes de recomendarles un libro. Sepamos antes cuáles han sido sus últimas lecturas, lo que han leído con agrado o con dificultad, cuáles son sus intereses... en fin, qué deporte y en qué categoría está el equipo de sus preferencias... literarias. 

No se trata de convertir la lectura en un programa educacional, sino de educar –sobre todo a los jóvenes– en la lectura. Una de las estrategias es ampliar las posibilidades para leer y, aprovechando los espacios, hacer que las bibliotecas, escolares o municipales, sean lugares de encuentro abiertos a los libros y a las personas. Si no se hace así, simplemente propiciando los encuentros, las iniciativas pueden convertirse fácilmente en instituciones que eliminen el placer de la lectura. 



Tercer truco 
En algunos países han establecido la hora del silencio en la cual todo el personal debe permanecer callado y con un libro en las manos, desde la directora hasta el conserje, y aplicarse en la lectura. Una hora diaria. No todos leerán al mismo ritmo. Lo que importa es facilitar tiempo y espacio para aprender la disciplina que requiere toda lectura atenta. Muchas escuelas hacen algo parecido, un rato de silencio con libros, mientras esperan el inicio de las clases. 

La mecánica de la lectura. La pedagogia actual ha desterrado la lectura en voz alta y los ejercicios de lectura diaria en las escuelas. Antes, muchas escuelas unitarias dedicaban una hora diaria a la lectura en voz alta desde los siete a los doce años, más o menos. Eran muchísimas horas de entrenamiento lector. Steiner nos advierte de que sólo se comprende bien un texto cuando se lee en voz alta. Por algo a los actores les llamamos intérpretes, porque leer es interpretar un texto, dar la versión personal con las pausas, las inflexiones y el ritmo requerido. Muchos jóvenes no leen bien en voz alta, no saben interpretar el texto y en consecuencia no lo entienden. Para interpretar música, danza o pintura, hay que pasar por la dura disciplina rutinaria de las tablas, ejercicios, repeticiones y correcciones. Sólo tras un estricto aprendizaje diario, viene la felicidad de una intepretación perfecta. ¿Por qué la lectura sería la única habilidad que se libraría de esa disciplina esencial para sembrar el deseo? El deseo no es más que la necesidad de ejercitar lo aprendido con esfuerzo, de liberar las energías y potencialidades descubiertas en la práctica de los ensayos. Sin disciplina no hay deseo. El deseo anárquico y voluble no es deseo, es capricho. 



Cuarto truco 
Aprovechemos todas las oportunidades para leer o hacer leer en voz alta. ¿Por qué no se memorizan poemas, y se organizan recitales en las escuelas? La memoria, dicen, es el marcapasos de la inteligencia. 

Carme Riera confesaba que su pasión por la lectura se le despertó en dos frentes: los poemas que le leía su abuela sobre cuentos populares mallorquines y la biblioteca de su padre, siempre cerrada bajo llave, y que le había prohibido utilizar sin excepciones. Dos fuentes de deseo: la generosidad oral y la prohibición de acceso a un mundo posiblemente maravilloso. 

La técnica de algunos profesores era llegar a clase con tres libros y anunciar que iban a hablar de dos libros que llevaban consigo. Los alumnos avisaban inmediatamente que eran tres y no dos, ellos se hacían los sorprendidos, retiraban enseguida el libro intruso mientras comentaba que aquel no era un libro para ellos, con temas demasiado comprometidos para su edad, que su lectura re-quería un esfuerzo superior al que ellos podían realizar, que incluso lectores más experimentados podían sucumbir peligrosamente a las propuestas del autor... etcétera. No hablaban más de ese libro y se pasaban la clase presentando los otros dos. Acabada la clase, olvidaban los tres libros sobre la mesa. Todos se precipitaban sobre el libro proscrito del que ni siquiera habían mencionado el título. Y todos tomaban nota de él y lo leían, y unos pocos, además, leían los libros comentados y recomendados. 



Quinto truco
Sólo lo difícil es estimulante. Las razones para leer de los adolescentes son las mismas que las de los adultos; la curiosidad desbocada, la pasión por descubrir otros mundos, de co-nocer a héroes o canallas osados, transgresores... ¿Puede despertar el deseo un texto masticado, preparado, recomendado... y mil veces descubierto? En América llaman a los libros recomendados por las autoridades académicas el beso de la muerte, la maldición que mata la espontaneidad y la ilusión del descubrimiento personal, único, la voz original que nos habla directamente a nosotros. En tiempos de saciedad, regala necesidad. 

Los lectores andan desesperados por encontrar historias que les proporciones materiales imaginativos para crear nuevos mundos en los cuales puedan perderse o comprender mejor el funcionamiento del mundo en el que viven. Los lectores buscan pasar un buen rato perdidos en otros mundos, o en el lado más salvaje o sorprendente de éste. Aunque sepan que el tesoro de los libros no es nunca real y no es esencial para sobrevivir, todos los lectores buscan en los libros una metáfora de la felicidad. 



Sexto truco
Huir de la cultura de protección exacerbada por los miedos de los adultos. Muchos adultos conciben la lectura como un salvavidas contra los embates de la vida, y no como una barca libre dispuesta a la aventura personal. 



He aquí una pequeña lista de estrategias o trucos, además de los ya expuestos, utilizados por varios profesores para crear o reforzar el hábito de la lectura. Se refieren a ejercicios en grupo. Para edades determinadas, hay muchos más ejercicios. Nombramos sólo algunos para edades indeterminadas. 

a) Hacer dramatizaciones de los libros. El grupo de lectores convierte el libro en una obra de teatro, no en detalle, sino en esquema, cuántos actos tendría, qué partes deberían conservarse y de cuáles se podría prescincir, cuántos personajes principales y cuántos secundarios, escenarios de la accion... Además, hacer el reparto entre los componentes del grupo, anotar las coincidencias de criterio, elegir a los más idóneos... etcétera. 

b) Encargar la presentación del libro elegido a otro grupo de lectores, en otra clase, biblioteca, mural... etcétera. 

c) Buscar finales alternativos y elegir el mejor o el más acorde con el espíritu del texto. 

d) Muchas bibliotecas tienen clubs de lectores en los que ponen en común las diferentes opiniones sobre el libro elegido. 

e) Subrayar las frases más importantes del libro a criterio de los lectores, y compararlas con las del resto del grupo. Mejor si una sola frase da idea del contenido. 

f) Escribir parodias sobre el libro leído. 

g) Si existe versión cinematográfica, comparar texto e imágenes. Dibujar un cómic... etcétera. 



Ejercicios en solitario
a) Leer una sola línea –para adquirir el hábito de leer poesía– cada día. Sólo una línea, pero inexcusablemente cada día. Los lectores objetan que así no comprenderán nada, pero no se trata se comprender, se trata de ejercitar el esfuerzo lector y graduarlo a la satisfacción obtenida. Con un solo verso se acostumbrán al esfuerzo mínimo pero constante, aumentarán el vocabulario, reforzarán su disciplina lectora... y sin darse cuenta, al poco tiempo leerán un poco más, hasta apreciar las palabras, las frases, las cadencias... 

b) Tener una fuente de información fiable: amigos, críticos, reseñas, profesores... donde acudir para formarse la opinión antes de leer un texto. 

c) Hacer una lista de libros que puedan interesar, recomendados por esas fuentes de información, a fin de no quedarse nunca sin material. Añadir reseñas, opiniones... etcétera, a fin de aumentar la preparación y el deseo. 

d) Tener consciencia del nivel alcanzado como lector... etcétera. 



Seguro que cada maestro, padre, tutor... podrá añadir más seducciones o trucos a esos apuntados. He olvidado un buen truco: la indiferencia. Fingida, claro. Que el objeto deseado se muestre demasiado obsequioso y zalamero para seducir al lector puede hacerlo aborrecible a sus ojos, al tiempo que rebaja su posible mérito. ¿Qué poco seguro estará de sí mismo y de los placeres que ofrece, piensa el posible lector, si tiene que descender a mendigar mi atención? La atracción literaria es un compromiso íntimo, cada lector tiene una reacción única porque cada uno lee a su manera. Y, por fin, existe toda una educación del lector, una vez logrado el primer estadio de las primeras lecturas. Pero esa es otra cuestión, que trataremos otro día.

Emili Teixidor 

dimecres, 13 de novembre del 2013

El nom de cada cosa




Editorial Nova Terra, 1967
Traducció: El nombre de las cosas (castellà)


Los nombres de las cosas


Editorial Nova Terra, 1972
Traducció: El nom de cada cosa (catalán)

Realización de Ma. Dolores Bordas sobre un esquema de precatequesis de Mn. Jacinto Matas y un esquema pedagógico de Emilio Teixidor."
La primera parte de la obra es un descubrimiento de las posibilidades del cuerpo, la segunda el descubrimento exterior, la tercera el descubrimiento de Dios

dimarts, 12 de novembre del 2013

El crit de la terra



La muntanya, els animals, les plantes, el mar,..... "La terra ens crida, veniu, veniu!. Salveu la vida, tot el que és viu!. La terra ens crida, no la sentiu?. Boscos, rius, vinyes.... salveu-los diu!"

CRÈDITS:
Composició Musical: Carles Cases
Text i cançons: Emili Teixidor
Direcció musical: Josep Prats
Narrador: Enric Arquimbau
Producció artística CD: Josep Prats, Carles Cases i Ferran Conangla
Enregistrament: Estudi Capital Sound de Barcelona, desembre 2002
Mescles i edició digital: Laboratori de so Sala Metrònom de Barcelona, desembre de 2002
Tècnic d'enregistrament, mescles i edició digital: Ferran Conangla
l•lustracions CD: alumnes de 3er i 4rt de Primària del CEIP Lavínia de Barcelona.
Data d’enregistrament: desembre de 2002

INTÈRPRETS:
Olvido Lanza: violí
M.Àngels Cases: violí
Xavier Blanc: viola
Joaquim Alabau: violoncel
Miquel Àngel Cordero: contrabaix
Joaquim Ollé: flauta
Xavier Figuerola: clarinet/clarinet baix
Carles Cases: teclats
Lluís Ribalta: percussió


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La OCG actúa acompañada por un coro de más de 500 niños
La formación granadina pone en escena la cantata 'El grito de la Tierra', de Carles Cases, bajo la dirección de Daniel Mestre, dentro de su ciclo 'Conciertos familiares'. Los niños serán los grandes protagonistas de la obra 

La Orquesta Ciudad de Granada (OCG), bajo la dirección de Daniel Mestre, pondrá hoy en escena, en el Palacio de Congresos, a las 12:00 horas, la cantata El grito de la tierra, una obra de Carles Cases con texto y adaptación de Emili Teixidor que contará con la participación de un coro formado por más de 500 niños. Las localidades para este espectáculo llevaban agotadas más de un mes.

El grito de la Tierra es una cantata infantil compuesta en el año 2003 por el músico Carles Cases y el escritor Emili Teixidor, como encargo del Auditorio de Barcelona. Se trata de una obra de tema ecológico: "La Tierra entera grita porque está en peligro ¡salvémosla! Las montañas, los bosques, los ríos, los animales, las plantas, el aire, el mar... ¡Cuidemos nuestro planeta!", dicen los autores de la obra como premisa para escribirla.

Ahora es la Orquesta Ciudad de Granada la que brinda una nueva oportunidad a los niños y niñas de los coros infantiles y juveniles de diversos centros educativos de Granada que han querido participar cantando junto a los músicos de la orquesta en la interpretación de esta obra, originalmente escrita para nueve músicos que ha sido reorquestada y adaptada al castellano. 

Un total de 26 coros han preparado íntegramente la obra, lo que supone más de 500 coralistas que se están preparando en seis jornadas de Conciertos Didácticos diferentes, durante los días 21, 22 y 23 de abril, y 12, 13 y 14 de mayo, y el Concierto Familiar que tendrá lugar hoy.

El público asistente a los Conciertos Didácticos también ha participado y participará puntualmente en algunos fragmentos de la cantata. Una de las finalidades del proyecto pedagógico de la OCG es estimular la participación y colaborar con el profesorado que prepara al alumnado asistente a sus Conciertos Didácticos. 

Por ello se realizan una serie de cursos de formación en colaboración con la Delegación de Educación de Granada y canalizados a través del CEP de Granada, en los que se facilita a los profesores el material elaborado por el Departamento Educativo de la OCG con las actividades específicas de preparación y participación para cada concierto. Su labor previa y posterior es fundamental para el éxito de cada programa.

El grito de la Tierra es una partitura fresca y contemporánea con un sentido rítmico muy marcado, estructurada en una serie de cantos, a una o dos voces, que alternan con partes narradas que tienen títulos como El grito de la Tierra, La montaña que camina, Carta de un perro sin nombre, El mar insustituible, Un árbol pide auxilio, Los animales nos dicen adiós o El canto de la Tierra.

La obra está hecha con la intención de educar sobre el medio ambiente a los más jóvenes a través de la música y de las historias que se narran a lo largo de esta cantata, en cuya representación estarán presentes sus dos autores, Carles Cases y Emili Teixidor. 


REDACCIÓN / GRANADA | ACTUALIZADO 25.04.2010 - 05:00


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La Tierra en 'sensorround'
La OCG y más de quinientas voces lanzaron en Granada el mensaje ecologista de Carles Cases 
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CONCIERTO
Si la Tierra pudiera gritar los males que sufre por culpa del ser humano quizá hubiera elegido la cantata de Carles Cases y las más de quinientas voces de 26 coros infantiles y juveniles de Granada para elevar su protesta. El Palacio de Congresos se llenó ayer para presentar el estreno de 'El grito de la Tierra', una composición de Cases que ha sido adaptada para la Orquesta Ciudad de Granada y con texto en español de Emili Teixidor.
«Han sido muchos días de trabajo para presentar este proyecto», comentó la presentadora y narradora de la historia, Carmen Huete. Durante un par de semanas, más de quinientos niños han ensayado y preparado las canciones de esta composición infantil para presentarla junto a la OCG. «Ha sido asombroso ver la concentración e interés que han mostrado niños y niñas de pocos años», comentaba un miembro de la OCG.
El resultado, un grito perfecto y al unísono, coordinado por el director Daniel Mestre, y con la presencia de Carles Cases en el Palacio de Congresos, quien recibió los aplausos del público. Familias enteras se dieron cita en la macrosala granadina para escuchar 'El grito de la Tierra' lanzado por el medio millar de niños.
Cantata ecológica
Se trata de una obra de tema ecológico: «La Tierra entera grita porque está en peligro ¡salvémosla! Las montañas, los bosques, los ríos, los animales, las plantas, el aire, el mar... ¡Cuidemos nuestro planeta!», explican los autores.
El concierto empezó con la 'Obertura', que introduce el tema central que da título a la cantata. Fue impresionante cuando quinientas voces empezaron a corear el canto 'terrestre'. Los niños y niñas de los coros vestían camisetas celestes y turquesas. Tras la OCG se situó un grupo coral y otros dos aparecieron en los laterales, en la parte más alta del Palacio de Congresos. Más que un sonido 'surround' consiguieron una especie de 'sensorround', o sea un efecto inaudible para el oído del ser humano pero que permite sentir una serie de vibraciones; fueron las de las emociones. Cada una de las canciones era introducida con una historia referida a la Naturaleza, como 'La montaña que camina', que en este caso fue el Mulhacén. «Van a destrozar una parte de la montaña para construir casas y usarán explosivos y destrozarán la capa de roca que contiene mi tierra para acabar convertido en guijarros junto al Genil», relató Carmen Huete.
En 'Carta a un perro sin nombre', se aborda el problema de los perros abandonados. En estas canciones los árboles hablan, relatan sus problemas, como el tema de 'Un árbol pide auxilio', «un árbol a quien quieren talar para hacer pisos ¿Cómo podrán vivir los hombres sin los árboles?».
'El mar insustituible' clama por la contaminación de los fondos marinos a causa de los vertidos tóxicos y 'La hormiga y la mariposa' explica la importante relación entre las especies, «porque al matarse un tipo de hormigas desaparecieron las mariposas azules». La cantata concluye con un apartado dedicado al mundo vegetal, a la importancia que tienen las plantas para el ser humano y con 'El canto de la Tierra'. Hubo una sorpresa final en la que los coros felicitaron a la OCG en su vigésimo aniversario con una versión del tema central de 'El grito de la Tierra'. Emocionante. 


26.04.10 - 02:00 - JUAN LUIS TAPIA jltapia@ideal.es | GRANADA



Isidor Cònsul

Fins a la segona meitat dels anys setanta, l'obra literària d'Emili Teixidor es revestí amb criteris didàctics (Quinze són quinze, 1965) i s'adreçà, fonamentalment, a un públic de nois i noies. Encara són vius en el record alguns èxits notoris, com és el cal de L'ocell de foc (1969). A partir de 1979, però, la seva narrativa experimentà un canvi important amb la publicació de Sic transit Gloria Swanson, primer recull per a adults i també l'escapça de recreació dels paisatges i mites de la infantesa a Roda de Ter, en els anys difícils que seguiren la guerra civil. I just en aquesta perspectiva s'insereix Retrat d'un assassí d'ocells, una novel•la que participa del gruix evocador i recordatori de bona part de les narracions del llibre anterior, fins al punt d'encaixar en la mateixa cruïlla de coordenades espacials, temporals i mítiques. […] 

Ras i curt, el món d'una infantesa que no fou cap paradís, ara un punt magnificat per les giragonses de la memòria. Fins i tot gosaria insinuar, amb les precaucions que calgui, que Retrat d'un assassí d'ocells recupera, amb un efecte multiplicador i una estructura molt més complexa, el mateix esquema de la narració 'Ara ja no canten': la història d'un misteri local adobat amb assassinats i presentat d'una manera retallada, fragmentària i progressiva. Com succeeix, de fet, amb els enigmes tèrbols que es desenterren a poc a poc i que marcaren profundament la infantesa del protagonista de la darrera novel•la d'Emili Teixidor. 

Tots dos llibres també s'assemblen pel cantó de la qualitat. Retrat d'un assassí d'ocells és una peça ben acabada, suggestiva, que sorprèn pel vigor de la llengua i per l'habilitat del narrador a l'hora d'ajustar les peces d'un trenca-closques més aviat revés. 

(Isidor Cònsul. "Tria personal", Serra d'Or, núm. 346, setembre del 1988)

Isidor Cònsul

Emili Teixidor dóna un retrat d'humanista de finals de segle que conjumina amb habilitat el fet de ser home de cultura, pedagog d'ofici, lector d'olfacte, xafarder impenitent i escriptor d'innegable versatilitat. La seva mirada carregada d'ironia i d'escepticisme s'ha acostumat a destriar l'espectacle del món i a presentar-lo amb enginy analític de pinzellades ràpides plenes de lucidesa, sentit comú i sornegueria. Com a valor afegit, les seves Contraportades han aconseguit traslladar al món de la ràdio un nivell de qualitat literària que pot arrenglerar-se en la mateixa tradició de vells paper periodístics esdevinguts pàgines concloents de valor literari. Només cal acostar-se a comprovar-jo en els articles de Gaziel, Josep M. de Sagarra, Eugeni Xammar o Josep Pla per posar exemples bàsics. 

(Isidor Cònsul. "Tria personal", Serra d'Or, núm. 441, setembre del 1996, p. 71) 

Jaume Aulet

La seva és una imatge essencialment col•lectiva de la societat que retrata, i per això no és estrany que […] admeti la lectura testimonial. El fet d'haver optat per un títol tan connotat com el de Pa negre ja posa en relleu aquest referent col•lectiu. Des del punt de vista literari, el principal repte de la novel•la el tenim en la fixació del punt de vista. La pretensió és aconseguir una narració en primera persona des de la perspectiva d'un narrador adult que es mira els fets com a cosa ja passada, però que al mateix temps no pot adoptar un punt de vista del tot distanciat perquè el que pretén és oferir la visió del món tràgic de la postguerra des de l'òptica d'un infant. Aquesta situació intermèdia obliga a plantejar-se en tot moment el to a adoptar, cosa que exigeix un treball important des del punt de vista narratiu, el qual és, de fet, un dels mèrits més importants del llibre. Potser per això, una de les virtuts és la preocupació que s'hi adverteix pel llenguatge. Aquest control és el que permet al novel•lista, a través del narrador, encertar el to adequat per transmetre al lector una visió de les coses que no pot ser ni massa propera als fets ni excessivament distanciada. Si tenim present aquesta pretensió –que és d'estil i, per tant, de llenguatge– entendrem millor que al llarg del llibre hi hagi molts moments en què es posa de manifest la importància concedida a la paraula com a mecanisme dels personatges per a endinsar-se i comprendre la realitat. 


(Jaume Aulet. "Emili Teixidor, Pa negre. Jaume Cabré, Les veus del Pamano. Carme Riera, La meitat de l'ànima", Els Marges, núm. 74, octubre del 2004, p. 105-110) 


Pa Negre

Pa negre té moltes lectures; molts, familiarment tothom, s'hi sentiran al•ludits, perquè descriu tota una família rural amb avis, oncles i tietes, cosins i mossos, mestres, capellans i guàrdies civils, cadascú amb la seva pròpia història de privacions, fugides o vergonyes, cadascú representant un aspecte del gran fris del moment. Pa negre és una novel•la sobre el record i la memòria col•lectiva. L'Andreu s'adona que 'La memòria també es mor, va[ig] entendre, espantat'. per això troba estúpid, en el seu dolor d'infant abandonat, que 'els grans diguin que el temps ho arreglava tot'. Quina direcció pren la memòria?, es demana. El llibre també és una gran aposta literària per retrobar els mots d'aquella època; hi ha la memòria dels mots o les paraules que omplen el silenci i la por, les paraules recordades, que l'escriptor escampa en el text 'com les pedretes blanques del conte dels infants perduts pel bosc', amb murreria, amb poeticitat. 

(Lluïsa Julià. "Tria personal", Serra d'Or, núm. 533, maig del 2004, p. 65) 


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Un torrent verbal. Elogi del Pa negre d'Emili Teixidor
Oriol Izquierdo
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He de confessar que em produeix una satisfacció especial poder fer aquest elogi d'Emili Teixidor, l'autor de Pa negre, el llibre publicat l'any passat que el jurat de la Lletra d'Or ha considerat mereixedor d'aquesta rara distinció que tenim l'honor i el deure de continuar.

I això, ja em perdonaran els companys del jurat aquest to confessional, perquè Emili Teixidor és per a mi una mica un mestre. No només perquè, com tants fills dels anys seixanta, entre les primeres lectures que vaig fer de nen i adolescent hi havia les seves històries i els seus personatges, les novel·les juvenils que ell signava. També perquè l'atzar va fer que m'estrenés fent d'editor amb una novel·la seva, Retrat d'un assassí d'ocells, i que, a partir d'aleshores, establíssim una relació que goso qualificar -si m'ho permets, Emili- d'amistat. L'Emili també era aleshores, a més, editor, i gràcies a ell vaig aprendre algunes coses de l'ofici que de moment, si no us sap greu, em quedaré per a mi.

Aquell Retrat d'un assassí d'ocells, el 1988, començava a desplegar amb contundència l'univers literari que a Pa negre culmina en una obra, deixeu-m'ho dir així, modestament mestra. Abans, el 1979, aquell univers havia començat a prendre cos en els contes de Sic transit Gloria Swanson, i el 1999 encara va continuar amb una novel·la que obtindria el premi Sant Jordi, El llibre de les mosques.

Pot semblar que dic que Emili Teixidor escriu sempre la mateixa novel·la, la mateixa història. Potser sí. Però a mi això no m'importa, perquè la seva veu narrativa em sedueix i perquè aquest univers m'atrau, de vegades com sol atraure el buit als qui sentim vertigen: l'atracció del que hauríem de rebutjar, l'efecte de succió del mirall que ens retorna la imatge menys amable de nosaltres mateixos, el monstre que amaguem dins. La veu d'Emili Teixidor té el mateix efecte que aquest mirall.

Pa negre se situa en l'escabrosa postguerra, en un ambient de boira i en clau de drama fabril i rural, un drama on s'entrecreua la memòria personal i les històries, de vegades les llegendes, aplegades d'aquí d'allà. Construeix un territori mític, ubicat a la comarca d'Osona, que no és només un espai físic. És l'espai moral del nen que endevina el món adult, l'espai moral de l'adolescent, l'espai de la iniciació a la vida, als seus secrets, els seus misteris, el seu do i el dolor.

Emili Teixidor tria adoptar, aquesta vegada, el punt de vista d'Andreu, el narrador, un narrador innocent i inconscient, que viu pràcticament sense pares, amb el pare empresonat, la mare a la fàbrica, intentant fer-se un lloc a recer en el món que l'envolta i en el qual ha tingut, quina paradoxa, la sort d'irrompre protegit pels senyors Manubens, fins a escollir, conseqüentment o no, dolorosament o no -almenys per al lector-, entre la seguretat i la rebel·lia. 

Però no ens hem d'entretenir ara a desgranar aspectes de l'argument de l'obra, sinó un dels elements que, per a mi, i no sóc l'únic, fa especialment singular aquesta novel·la. La força del seu llenguatge. I el paper essencial, nuclear, que té aquest llenguatge en l'evolució del personatge, en el seu procés de creixement moral. La força del llenguatge, la textura estilística de la novel·la. Ho diu el narrador: "Per primer cop vaig entendre el verí que podien contenir les paraules, i com se'ns ficaven a dins encara que no volguéssim." Ho pot experimentar el lector, des de la primera pàgina.

No sóc l'únic, dic. Ho ha remarcat Ponç Puigdevall (El País, 20 de novembre del 2003): "Emili Teixidor aconsegueix que tota la novel·la aparegui pletòrica de so i de fúria." Ho ha remarcat Julià Guillamon (La Vanguardia, 12 de novembre del 2003): "Teixidor sabe de lo que habla, y maneja un catalán sensacional, del que se distancia atribuyendo los giros más característicos a la abuela, porque el narrador es un desclasado y se enfrenta a una realidad que ya no existe." També Joan Triadú (Avui, 18 de desembre del 2003): "Escriure", assenyala, i no diu cap obvietat, "és l'art del llenguatge."

És a través d'aquest torrent verbal que Teixidor recrea un cop més el món inevitablement feliç de la infantesa. Inevitablement feliç, ni que sigui d'una tristesa fosca, bruta, de vegades sòrdida o arnada. El món de la infantesa, de la descoberta del món, de la realitat, que vol dir la vida, el dolor i el plaer, el llenguatge.

A les acaballes de la novel·la, el protagonista s'acomiada de la mare, que l'ha baixat a veure sacrificadament a l'escola on està intern. "Quan s'allunyava pel carrer gris i poc poblat cap a l'estació, vaig tancar els ulls per no veure-la. | Encara la veig, abandonada i solitària en aquella saleta freda de visites dels escolapis, una sala amb mobles pobres?" Com ell, com l'Andreu, quantes vegades no hem tancat els ulls davant el que voldríem oblidar per, amb tot, no poder deixar-ho de veure? No és, aquesta contradicció, el que, volubles i febles, humans, ens defineix?

He dit abans que Pa negre és una novel·la modestament mestra. Modestament, perquè -deixa-m'ho dir així- és modestament com l'Emili fa les coses, sense aparatositat, sense efectisme. El lector comença a llegir probablement sense adonar-se'n, i avança en la lectura potser amb la sensació que és davant d'un enfilall d'històries gairebé anecdòtiques. I així, sense adonar-se'n, es troba enmig d'una història que mostra, modestament i amb mestria, el drama moral del nen que ha de triar fer-se home. Deu ser això el que permet dir d'algú que és un bon pedagog.

Pa negre és una novel·la majúscula. Un exercici de creació del món, a partir de la recreació de la memòria i del llenguatge, sense concessions, també sense estridències, crec que profundament generosa amb els lectors. Una Lletra d'Or, doncs, d'alçada. La Lletra d'Or de l'any 2004.

Gràcies, Emili, per haver-nos deixat compartir aquest Pa negre.

Copyright © 2004 Oriol Izquierdo. Discurs pronunciat
en el lliurament del premi Lletra d'Or 2004


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Miserias de la posguerra

La novela de Teixidor narra, desde el punto de vista de un adolescente, el mundo duro, lleno de rencores y venganzas, de los años cuarenta en la Cataluña rural.

Es posible que el lector peninsular no desconozca el nombre del escritor catalán Emili Teixidor (Roda de Ter, Barcelona, 1934) debido a sus libros infantiles y juveniles traducidos al castellano y galardonados con varios premios (entre otros, Corazón de roble, 1994, y La amiga más antigua de la hormiga Miga, que obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1997). Pero Emili Teixidor no es únicamente un gran autor de libros para adolescentes, ámbito al que seguramente le guió su trabajo como pedagogo, sino uno de los novelistas más notables de la narrativa catalana actual, traducido a varios idiomas y con un considerable éxito de crítica y de público.

Sic transit Glòria Swanson, libro de relatos publicado en el año 1989, Premio de la Crítica Serra d'Or de Narrativa, y El llibre de les mosques, Premio Sant Jordi de Novela del año 1999, eran seguramente los títulos más frecuentados de su extensa producción antes de la publicación de Pan negro, novela con la que, este año, Emili Teixidor se ha convertido, por fin, en un autor, además de prestigiado como siempre ha sido, popular. Premio M. Àngels Anglada, Premio Lletra d'Or, Premio Joan Crexells y Premi Nacional de Catalunya, Pan negro ha ocupado el primer lugar en las listas de ventas de libros editados este año. Y tanto éxito, merecidísimo, sin alardes propagandísticos ni lanzamientos publicitarios, sino únicamente con la fervorosa recomendación entre lectores y, eso sí, con un apoyo unánime de la crítica.

No tengo la menor duda de que el lector de la versión castellana de Pan negro se sumará al entusiasmo que la novela de Teixidor ha suscitado entre el público catalán, ya que se encontrará con una novela que le arrastrará de la primera a la última página. Y no por estrategias ni intrigas argumentales, sino por la fuerza de su lenguaje, el tono envolvente de una prosa magnífica y el poderío narrativo -aparentemente suave- con que el autor nos hace partícipes del mundo que pone en pie. El mundo desolado, neblinoso, de la posguerra en una zona rural catalana. Un mundo duro, lleno de rencores, humillaciones, venganzas y silencios, narrado desde el punto de vista de un adolescente que descubre la verdadera naturaleza de los hombres durante el periodo en que vive en la masía de sus tíos y abuelos, mientras su padre está en la cárcel y su madre se ha visto obligada a trabajar en una fábrica situada en un pueblo cercano.

La historia, en sí misma, no

es lo que presta singular relevancia a Pan negro. Lo que conquista al lector de esta novela es la recreación lingüística de un universo mítico, el de la infancia, del que Andrés, el narrador, se va separando progresivamente a medida que en ese ámbito mágico -hecho de cuentos narrados por la abuela, el descubrimiento del sexo, la amistad, la naturaleza- va irrumpiendo la cruda realidad que acaba por enterrarlo bajo su bajeza moral. Novela iniciática, Andrés, acompañado de una memorable prima, la Lloramicos, vivirá, en el año de su estancia de la masía familiar, la dura experiencia de dejar de ser un niño, hijo de los vencidos, para convertirse, por propia elección, en un adulto prematuro que decide entrar en el universo de los mayores bajo la protección de los vencedores.

Un camino en el que se interna separándose de su madre, para ir a vivir bajo la tutela de un matrimonio adinerado de misa dominical y pan blanco en la mesa, tras un proceso de crecimiento moral que le convertirá en "un monstruo". Es de veras admirable el proceso de verbalización al que Teixidor somete a sus personajes, creándolos a partir de la utilización de un lenguaje que atina a prestar a cada uno de ellos una encarnadura perfectamente diferenciada. Y si en la versión original de la novela se aplaudió la viveza del lenguaje de una zona determinada de la Cataluña rural, hay que subrayar ahora la afortunada traducción al castellano, debida al propio autor.

Sin estridencias, sin efectismos, sin cargar las tintas en el desgarramiento propio de la vida de los vencidos tras la Guerra Civil, y con extrema sutileza al tratar la vida emocional de los personajes (la atracción sexual de Andrés por un joven que toma el sol, desnudo, en un jardín de tuberculosos, antes de que en su vocabulario exista la palabra homosexualidad, es uno de los grandes aciertos del libro), hacen de esta novela una obra sosegada y sabia, a la vez que conmovedora y terrible.

ANA MARÍA MOIX 2 OCT 2004
 
 
 
LA VANGUARDIA

Emili Teixidor regresa con la novela ¿Els convidats¿ al clima opresivo de la posguerra

 El autor de 'Pa negre' evoca episodios del ¿fascismo cotidiano¿ en los pueblos

El escritor Emili Teixidor, en una fotografía de archivo


La Plana de Vic, año 1940. La misma época e idéntico escenario de la emotiva historia de “Pa negre”. Emili Teixidor vuelve a novelar, en “Els convidats” (Columna) el clima opresivo de la inmediata posguerra. Allí la mirada infantil matizaba la dureza del entorno. Aquí el autor describe cómo el poder totalitario iba controlando e impregnando la vida cotidiana.

El escritor ha construido un relato coral, cuyo eje argumental es la inminente boda de la hija del cacique de un pueblo próximo a Vic. Para demostrar su adhesión al nuevo régimen, que le aupará a la alcaldía, Maties de la Teuleria invita a influyentes autoridades políticas, militares y culturales a una gran fiesta con la que pretende “quedar bien con los que mandan y nos llevan al ayuntamiento”. Como trasfondo, la dureza de aspectos como el trabajo de las mujeres en las fábricas, la vida triste y sórdida de los asilos de huérfanos de guerra, las depuraciones de profesionales del bando republicano…

“Las dos novelas forman parte de un mismo ciclo –explica Teixidor–. “Pa negre” es más evocativa y ésta es más descriptiva. He querido explorar aspectos que aún no había abordado. Cuando me dejo llevar por la inspiración, me salen estas evocaciones. Creo que es importante dejar testimonio de las historias pequeñas que conducen a la Historia grande. Son episodios de lo que Pere Gimferrer definió acertadamente como el “fascismo cotidiano”.

A través de los distintos personajes, el autor muestra una tipología de las actitudes que se adoptaban frente al control cada vez más férreo “por parte de los poderes totalitarios del momento: la iglesia y el partido único”. “Había filtros, imposiciones, controles, depuraciones… Se obligaba a los estudiantes que habían obtenido un título, por ejemplo el de magisterio, a que, si querían opositar, debían sacar antes obligatoriamente otro título que daba la Falange, un curso que se impartía en El Escorial”.

La galería de personajes es amplia. Está el maestro del pueblo, Senyor Bover, observado con lupa por las comisiones de depuración de antiguos “rojos”; el párroco, Mossèn Mansuet, que encarna “la aceptación resignada del nuevo orden practicando el arte de la fuga, y no sólo tocando Fugas de Bach”; Narcís, el joven maestro con aspiraciones literarias que se mueve ambiguamente entre dos mundos, el republicano al que pertenecían sus padres y el nuevo, cuyo ideario le inculca el periodista y poeta falangista Ruy Santamarta, indisimulada referencia al intelectual falangista Luys Santamarina –“aparece menos camuflado, e incluso tratado con cierta simpatía, porque este tipo de personajes no hacían daño”–; el vicario, que representa “una posición eclesial activa en línea con el totalitarismo de Acción Católica”; Maties, el terrateniente, claro ejemplo del “colaboracionismo con el poder establecido”…

“La mayoría de personas fueron pragmáticas, resignadas, porque era difícil en aquellas circunstancias hacer oposición, no quedaba otro camino que aquél –dice Teixidor–. Pero los alcaldes y autoridades provinciales, incluso los jefes falangistas, eran en muchos casos catalanes colaboracionistas, que se aprovechaban de la aceptación resignada de la población”. Para algunos, recuerda el autor, “una buena forma de escapar del pueblo y del control del régimen era entrar en el seminario de Vic, ésta era una salida ilustrada”. En la novela, Teixidor apunta una “tercera vía”, la “actitud anarquizante” que encarna la “trementinaire”, la herbolaria y curandera del pueblo, que “representa la sabiduría popular, una doctrina diferente y alternativa sobre la naturaleza. Vendría a ser como una abortista de la época”.

Tienen mucho relieve en la novela el tema de los asilos de huérfanos y las adopciones de hijos de prisioneros de la República o huérfanos de guerra. “Había diversos asilos por la Plana de Vic –dice Teixidor–. Todas aquellas niñas huérfanas eran como reliquias vivas de la guerra civil. Se las reeducaba y adoctrinaba en las nuevas ideas o eran apadrinadas por familias “de orden”.

El novelista espera que “los lectores se lo pasen bien con estas evocaciones: hay muchas personas que se ven reflejadas en estos recuerdos, y pueden añadir detalles vividos, lo que enriquece la lectura; y, a la vez, los más jóvenes pueden descubrir de dónde venimos”. Así se explica Teixidor el clamoroso éxito de su novela “Pa negre” y el más reciente de “Olor de Colònia”, de Sílvia Alcàntara. Por cierto que la adaptación cinematográfica de Pa negre está en su recta final, Agustí Villaronga ha concluido el rodaje y el filme podría presentarse en Cannes.

Simona Škrabec

Teixidor busca la clau per explicar la mateixa lògica de la realitat. Però la seva pretensió no és trobar l'explicació definitiva, sinó a l'inrevés: mostra com aquesta raó última sempre se'ns escapa. Els arbres d'aquell gran bosc que era com "un rebost immens i ple de recambrons que guardaven totes les ventures i malastrugances del món" no són arbres fotografiats per un cronista. Llegir-lo com un document del passat és deixar-se perdre el seu afany màxim de desvetllar la consciència, de fer pensar. L'autor de les novel•les com Retrat d'un assassí d'ocells (1988), El Llibre de les Mosques (2000), Pa negre (2003), Laura Sants (2006) i Els convidats (2010) torça les experiències que elll mateix ha viscut i les esprem fins a convertir-les en unes imatges que poden se vàlides ara i sempre, aquí i arreu. Tot sovint no necessita ni anomenar les ciutats ni els pobles. Retrata un espai clos on es reprodueixen els conflictes, errors i dilemes de sempre. 

(Simona Škrabec. "Emili Teixidor: paraules de la frontera", Caràcters, núm. 60, estiu de 2012, p. 43) 

Ernest Alós

Mestre del principi al final. Des que es va iniciar als 14 anys com a ajudant a l'escola de Santa Margarida de Montbui fins que va veure com el seu Pa negre, adaptat al cine, feia, en català, pedagogia de la realitat lingüística en les diferents Espanyes. I entremig, Emili Teixidor, mort ahir a Barcelona als 78 anys, va fer encara pedagogia de la lectura. Com a ensenyant, com a autor de literatura infantil i juvenil, com a prescriptor de llibres als mitjans de comunicació i finalment, en la seva maduresa, com a novel•lista per a adults d'una postguerra plena de diferents matisos del gris. 

Nascut de família camperola i obrera el 1933 a Roda de Ter, com el seu amic Miquel Martí i Pol, a diferència d'ell va deixar aviat la seva comarca natal de la Plana de Vic per convertir-la en «un territori mític de les seves novel•les», recorda la seva editora des del 2002, Esther Pujol. Tot i que va tornar com a mestre a Roda, la va deixar per estudiar Magisteri, Dret, Filosofia i Lletres i Periodisme. 

Orfe de pare el 1948 (la dura postguerra que recupera en les seves novel•les) i becat a Barcelona, allà es troba el capellà Joan Alemany, amb qui funda el 1959 l'escola Patmos (després Betània-Patmos), que va dirigir fins al 1977, quan va passar al món de l'edició (primer a París, amb Robert Lafont, i més tard a Salvat). 

Com va recordar el seu amic i exrector de la Universitat de Vic Ricard Torrens en la laudatio del seu doctorat honoris causa, el febrer passat, «no hi ha dos Teixidors, el pedagog i l'escriptor», sinó que tots dos són els instruments que va utilitzar un humanista, el professor Teixidor «que va descobrir que els alumnes a qui ensenya a llegir no tenen bons llibres i es posa a escriure'ls». I ho va seguir fent: fa tan sols tres mesos l'editorial Cruïlla va publicar el seu últim títol infantil. Un entre moltíssims, entre els quals destaquen les aventures d'un joglar en temps de Jaume I a L'ocell de foc (1972, 950.000 exemplars des d'aleshores) i la sèrie de la Formiga Piga . La seva tasca de foment de la lectura va seguir amb el programa Mil paraules de TV-3, les seves recordades recomanacions a Catalunya Ràdio o la guia per incitar a llegir nens i adolescents La lectura i la vida. 

Teixidor passa tardanament a la literatura d'adults amb el llibre de relats Sic transit Gloria Swanson (1979), que obre el cicle narratiu centrat en les terres que van de Vic a les Guilleries, continuat amb Retrat d'un assassí d'ocells (1988) i Pa negre (2003). De fet, la pel•lícula d'Agustí Villaronga (2010) que pren el títol d'aquesta última novel•la, que va triomfar als Goya i es va convertir en la primera pel•lícula en català proposada per als Oscars, fusiona elements de tots aquests llibres. Després de l'èxit de Pa negre (120.000 exemplars) encara van arribar Laura Sants (2006) i Els convidats (2010), en què va aprofundir en la idea de mostrar l'ambivalència moral en què van navegar vencedors i vençuts. 

Els últims anys, Emili Teixidor va patir un càncer de lenta evolució i els efectes secundaris dels tractaments, sense que deixés que això li impedís mantenir la seva activitat. Esther Pujol, destacava ahir que va seguir «actiu fins al final» i que deixa una novel•la «molt avançada». De fet, l'activitat de Teixidor durant els últims mesos (per Sant Jordi encara va firmar llibres) no feia esperar un desenllaç tan precipitat. 

D’altra banda, l'escriptor es resistia a parlar de la seva salut. Preferia mirar endavant i no donar-se per al•ludit. El 23 de febrer passat, quan va rebre el doctorat honoris causa de la Universitat de Vic, va evitar veure l'acte com un homenatge, el moment de mirar cap enrere i fer balanç, o fins i tot parlar més del compte de la seva relació amb la seva terra d'origen. 

Va respondre amb un discurs sobre el futur de les humanitats i el paper de la universitat com a reducte de resistència crítica. «Tinc reticències a parlar dels episodis que em toquen més de prop. Certes coses, especialment les més delicades, corren el perill de desfer-se si es diuen en veu alta. I passar una altra vegada per totes les nostres experiències seria banal». I quan semblava que s'estovava, va tancar l'assumpte: «Ja està bé tot com està i no hi donem més voltes que encara ho espatllarem». Un comiat amb pudor i discreció. 


(Ernest Alós. "Adéu, mestre", El Periódico de Cataluña, 21 de juny de 2012) 


Photomaton



Inici: 13-01-1990
Programa presentat per l'escriptor Emili Teixidor en el qual es donen a conèixer els cantants que configuren l'actual panorama musical dels Països Catalans. Es combinen les entrevistes i les actuacions a plató.